Dentro de este amplio universo simbólico, los gatos han ocupado un lugar preponderante, encontrándose dentro de la religiosidad, literatura y artes de todo el planeta. La actitud que ha existido hacia los gatos a través de los siglos ha sido dicotómica, ya que mientras en alguno lugares como el Antiguo Egipto han ostentando el sitial de los dioses, en la Europa de comienzos del siglo XIX eran asociados con lo demoniaco y la brujería. No obstante lo anterior, los felinos se encuentran presentes en un amplio espectro de la producción simbólica occidental, desde las fábulas de Esopo hasta en las historietas contemporáneas.
El Museo de Artes Decorativas atesora un conjunto de animalitos de porcelana realizados por distintas fábricas europeas y chilenas, las cuales datan de las primeras décadas del siglo XX. Dentro de esta colección destacan tres felinos, los cuales dan cuenta de la importancia de los gatos tanto en el repertorio decorativo nacional como extranjero. La primera de estas figuritas, corresponde a un gato angora modelado por T. Kärner (1884-1966), producido por la Fábrica de Porcelana de Rosenthal (Alemania). En segundo lugar, destaca un conjunto de gatitos producidos por la Fábrica de Cerámica de Lota en la década del '40, los cuales ponen de manifiesto la importancia de estos animales en el imaginario nacional. Finalmente, destaca una figurilla europea cuya fábrica y datación aún no han sido identificadas, pero que posee una gran riqueza estética.
Para más información revisa el siguiente documento:
http://issuu.com/museoartesdecorativas/docs/objeto_del_mes_agosto_2014_pr
Fragmento
Los animales a través de los siglos han ocupado de manera preponderante el universo mental de diversas sociedades en todo el mundo. La presencia permanente de estos seres ha implicado un desafío constante para la humanidad, pues esta ha debido adaptarse al peligro que significan algunas especies, o ha tenido que aprender a usar, en su propio beneficio, las potencialidades que le ofrece el reino animal. De cualquier modo, la proximidad entre hombres y animales significó tempranamente la instalación de estos últimos en lo más profundo de las creencias de las sociedades, las cuales comenzaron a explicarse las vicisitudes de su propia existencia en base a lo que observaban en el medio que los rodeaba. Paulatinamente, los animales comenzaron a transformase en símbolos y en deidades portadoras de significados ultraterrenos, cuya pervivencia se puede constatar hasta la actualidad. Algunos de los primeros registros en los que se evidencia la fascinación del hombre por los animales, corresponde a la pintura rupestre desarrollada en el Paleolítico Superior.